Capítulo 32.
Nayeon volvía a la habitación junto a Daebin, la omega estaba preocupada y caminaba aprisa para verificar el estado de Jimin.
Al entrar encontraron la habitación vacía y en ese momento entraron en pánico.
—Llama a los doctores para informar, yo llamaré al alfa —la omega mayor ordena.
Nayeon salió obedeciendo a la orden, Daebin sacó su celular de la bata para llamar a Jungkook, al primer tono el alfa respondió.
—Lo sentí —Jungkook habla, su voz es más grave de lo habitual.
—Debes venir de inmediato, no tengo idea de donde pueda estar —pide nerviosa.
—Dame unos segundos, en un momento estaré contigo.
Y bien este era el día especial para maldecir, Jungkook logró coordinar elementos de búsqueda, siguió insistiendo en llamar a Yongsun, pero aún no respondía, ninguno de los policías se atrevía tan siquiera a preguntar algo, todos otorgaban su mayor atención a lo que el líder ordenaba.
Dio las indicaciones, un par de ellos le siguieron al hospital, al llegar Daebin ya se encontraba en la puerta esperándolo.
—Que bueno que llegaste, revisé las cámaras de seguridad y Jimin se ha ido —informa nerviosa.
—Maldita sea —siseó caminando a la habitación.
—Algo debe haber pasado Jungkook, Jimin no estaba del todo recuperado.
—Se siente culpable por todo, teme perder a Jaesung de nuevo. Ese maldito infeliz, ¿alguien más entró?
—No, solamente nosotros.
Jungkook cerró los ojos dejando a su olfato trabajar, inhaló de nuevo un olor desconocido y Daebin jura notar un destello rojo pasar en ellos, se agachó viendo el pequeño papel arrugado.
Lo desdobló para leer lo que tenía escrito.
—Mierda esos hijos de puta, ya sé dónde está.
✧✦✧
Kangdae caminaba por el lugar con Jaesung en manos, tocó la gran puerta con el pequeño. Uno de los guardias le abrió y se adentró hasta llegar a Dongwoo, se encontraba sentado.
—Vaya día... —espeta desde su asiento.
—Dongwoo, tengo algo contra ti, ¿por qué rayos dejaste ir a este pequeño? —el alfa inquiere con molestia.
—No sabía de la existencia del bastardo hasta hace poco, según yo estaba bajo tierra, me sorprendí cuando confirmaste la gran hazaña —Dongwoo vio con asco al cachorro y Jaesung le volteó el rostro.
—Pero eres idiota, podrías haberlo criado y convertirlo en tu mano derecha.
Jaesung tenía los ojos llorosos, pero su mirada era de enojo, su pequeño corazón latía fuerte.
—Vamos, Dongwoo es solo un cachorro, es tuyo tómalo —Kangdae intentaba hacer que lo cargara.
Dongwoo le vio con asco, pero se acercó —NOOOO —Jaesung gritó tan fuerte que su garganta dolió. Su aroma se hizo fuerte, café fuerte, espeso y denso.
—A esto me refiero Dongwoo, tenemos un buen trozo de barro, con algo de agua y fuego será una hermosa pieza y clave para nosotros —Kangdae se alejó, el aroma era molesto—. Defendió al idiota de Jimin, gruñó, este pequeño tiene mucho para heredar tu legado.
—No lo sé, no me agradan los niños —manoteó con desdén.
—Déjamelo a mí, yo me encargaré de él, ¿no es así cachorro?
—¡MAMI! —exigió el pequeño agitando sus manitas para alejar al alfa de él.
Dongwoo caminó hasta estar frente al bebé —Ya lo verás pequeño estúpido, el idiota de tu mami caerá como el insecto que es sobre mis redes —sujetó algo fuerte la mejilla de Jaesung dejando una marca roja. El cachorro golpeó la mano para que lo soltara y Kangdae le felicitó.
—Y ahora, ¿qué sigue?
—La mitad del plan está completa, estos idiotas pensaron que yo me quedaría de manos cruzadas —se dirigió a una mesa redonda de cedro brillante, sobre ella se encontraban unas piezas de dominó perfectamente acomodadas—. Solo es cuestión de hacer el movimiento exacto y todos caerán —terminó de decir viendo cómo las piezas se volcaban en el justo orden.
—Jin —habló Jaesung volteando su cabecita a una de las puertas.
—Vaya, eso si es sorprendente —asombrado, Kangdae lo inspeccionó. Jaesung era impresionante.
—El omega despertó, ven quiero que lo conozcas —Dongwoo sonríe ladino.
Caminaron encontrando a Jin sentado y algo aturdido volteó tan rápido el cuello que dolió por lo brusco del movimiento.
Jaesung lloró estirando los brazos para ir con el omega.
—No pequeño, tú te quedas junto a mí —Kangdae lo apretó más.
—¿Jae? —preguntó sorprendido—. Dame al cachorro animal —Jin pensó mil cosas, se imaginó de todo menos encontrarse con el pequeño alfa.
—No. ¿Quién mierdas eres tú para darme órdenes?
Jin enfureció —Cuida como hablas maldito idiota, Jaesung es un bebé y tu estúpida boca diciendo esas palabrotas, imbécil.
—Bienvenido —Dongwoo interrumpió, pavoneándose hasta estar frente a él.
Jin lo vio despectivo, lanzándole una mirada desde los pies hasta llegar a su cara y le miró fijo sin ningún rastro de temor en su rostro.
—¿Qué carajo quieres? —intentando sentarse de pierna cruzada como si estuviera en su casa, pero su abultado vientre no se lo permitía.
—Me gusta, un omega con carácter muy diferente al idiota de Jimin —Dongwoo estaba por acariciar su mejilla y Jin le quitó la mano.
—¿Así que tú eres Dongwoo? —Jin ladea el rostro.
—Imagino que el inútil te habló de su alfa —replica con orgullo.
—No, en realidad no. Lo digo por la cara de mierda que tienes, no es difícil de adivinar con la porquería que sé que eres.
El semblante de Dongwoo cambió.
—Esta marca la hizo el imbécil ese —traza con sus dedos la cicatriz de la mordedura del lobo de Jungkook, su cuello y parte de su rostro.
—Y a mí qué. ¿Escuchaste eso? —pregunta el omega.
—¿Qué cosa? —Dongwoo apretó sus manos en el borde de la mesa.
—Tu ego cayendo de cara idiota.
—Estúpido, ya veremos si sigues con esa actitud cuando veas la sorpresa que te tengo.
Lo tomó del brazo de forma tosca, lo empujó para que caminara. Lo guio por un pasillo hasta llegar a otra gran puerta, cuando esta se abrió, el omega tapó su boca aguantando el grito.
Giró con el amago de golpear a Dongwoo, pero este lo empujó aventándolo hacia adentro.
—Mi alfa, mi Yongsun... —llora al ver el cuerpo de la alfa amarrado sobre una silla, estaba realmente golpeada con el cabello cubriéndole el rostro.
Entró en pánico cuando se acercó extendiendo su mano, levantando su rostro, quita el cabello para poder verla.
—¿Yongsun? —la removía un poco—. Alfita bella... Alfa —la toma de los hombros y la remueve fuerte.
Pero la alfa parecía un peso muerto, su cabeza caía cuando Jin intentó despertarla.
Se dejó caer posando su cabeza en el rostro de la alfa —No me dejes Yongsun —le abraza lo más fuerte que puede—. Vamos Yongsun, háblame aquí estoy amor, recuerda a nuestro bichito. ¡ALFA! Despierta carajo —grita al no recibir respuesta, empezó a llorar de mero coraje, enojo, impotencia y dolor.
›› —Recuerda maldición, debemos ir a comprar las cosas para nuestro bebé, luego tú te enojarás porque no logro decidir nada, pero yo sabré que todo es mentira porque te veré sonreír. Despierta porque quiero despertar junto a ti todos los días de mi maldita vida, quiero envejecer y ver crecer nuestro jardín, quiero que me beses todos los días, debemos enseñarle a nuestro pequeño lo lindo del amor y tienes que enseñarle que a los cactus nunca se les besa por más solos que parezcan, ya no ingresaré de contrabando más plantitas, lo prometo, pero por favor regresa.
Gritó frustrado llorando, la vio unos segundos con sus lágrimas rodando sus mejillas
—Yo te amo Yongsun, más que a todo, incluso más que a mi jardín y mis plantas, si digo que ellas son importantes es solo para molestarte, son importantes, pero jamás más que tú Yongsun —le hablaba mientras besaba su rostro marcado, desatando cada una de las cuerdas.
Se sentó cubriéndose el rostro —Tienes que escucharlo reír, Yongsun, tienes que verlo caminar y cambiarle los pañales porque yo me desmayaré al hacerlo —se abraza así mismo recostando su rostro sobre las piernas de la alfa—. Tienes que estar ahí amor, yo no podré solo, te necesitamos.
—No me lo perdería por nada, omega... —la voz de Yongsun se escucha amortiguada—. ¿Así que me amas más que a tus plantas, no?
El omega se puso de pie llegando a su alfa —Yongsun bella, amor mío, mi cielo, estás bien.
—No te librarás tan fácil de mi cariño —le sonríe quejándose del dolor.
—Alfa... —llora haciendo pucheros pidiendo mimos de Yongsun.
—Lo siento cariño, no pretendía asustarte de esa forma —intenta incorporarse, pero el dolor de la gran golpiza que le dieron se lo impedía.
—No te preocupes alfa, ha pasado de todo, tienen a Jaesung y no sé si Jimin está bien —comenta preocupado.
—Tranquilo, Yoongi y Jungkook llegarán, debemos planear algo, no sabemos exactamente qué harán.
—Pues son muy idiotas, enfrenté a Dongwoo y está de la mierda.
—Por eso te amo, eres único.
—Yo pensé que me amabas por mi belleza.
—También por eso.
Jin ayudó a Yongsun a acomodarse mejor, la alfa le indicó algo —Perdóname por este, amor —dijo regresando a su lugar el hombro dislocado, Jin se retorció apenado, no sabiendo cómo más ayudarla.
Jin le besó viéndola con tal admiración, algo así como cuando observas una puesta de sol.
✧✦✧
El ruido se hacía más y más lejano, Yoongi estaba con las manos y rodillas sobre el asfalto aún sin poder dejar de llorar.
—No puede ser verdad —cerró los ojos recordando el ramo de rosas rojas que había guardado en el auto para sorprender a su omega.
No podía ser posible que no las tomaría entre sus manos para luego verlo y darle esa gran sonrisa, no podía ser posible que ahora esas flores estarían posadas para una eternidad dando vida a quien la misma le arrancó esto que creyó nunca encontrar el amor.
Escuchaba que alguien gritaba su nombre a lo lejos, pero su cerebro se iba apagando poco a poco.
Algo dentro de él se alertó y su alfa rugió, levantó la cabeza viéndolo caminar hacia él.
De pronto todo a su alrededor fue cobrando sentido, escuchó a los oficiales hablar, a los bomberos dar órdenes y todo volvía a su color.
—Alfa... —Hoseok se tiró a sus brazos.
Yoongi se abrazó a su cintura enterrando su rostro en su cuello, necesitaba su olor.
—Yoongi, estás bien —el omega lloró.
—Aquí estoy omega, yo creí que tú... —negó aferrándose más al cuerpo de Hoseok.
—No, no pasó nada Yoonie, aquí estamos los dos juntos.
—Pero... ¿quién era? —apuntó a donde el cuerpo estaba—, ¿quién murió?
—Escuché decir a los bomberos que era uno de los malos, la explosión lo alcanzó y no sobrevivió.
—Maldito bastardo, espero arda en el infierno, pero... ¿dónde estabas tú? —le toma el rostro y lo besa.
—Yo sé que no debí salir de casa, pero mamá me acompañó junto con el oficial a comprar algo para ti.
—No sabes cuánto me alegro de que lo hicieras, ¿y Solji?
—Se encuentra en una de las ambulancias, veníamos cerca cuando todo explotó y el impacto nos hizo caer.
—Por Saturno, gracias al universo que ustedes están bien.
Les dieron su espacio dejándoles un momento a solas.
Un auto frenó de golpe cerca de ellos, todos estaban un poco asustados por la apariencia de Jungkook, parecía haber crecido un poco más, sus ojos eran poseídos por destellos rojos, su olor era más fuerte de lo normal, con ceño fruncido caminó hasta divisar a su amigo junto al omega.
—Jungkook.
—Yoongi hermano, siento todo lo que sucede, pero te necesito. Dongwoo tiene a Jaesung, creo que a Jin y también a Yongsun, ahora Jimin escapó para ir a buscarlos.
—¿Qué? —Hoseok sintió ese dolor de nuevo—. No puede ser, deben ir por ellos. En especial por Jimin, no quiero pensar lo que Dongwoo le hará.
Jungkook agregó algunos grados más de enfado a un nivel de dejar de un lado todo el entrenamiento para domar a su alfa.
Yoongi miró a Hoseok y el omega se le acercó —Ve por ellos y no te preocupes por mí, yo estaré bien —pasó su mano por su mejilla dejando un beso sobre sus labios.
—Voy a regresar por ti —asegura.
—Aquí estaré esperándote.
—Gracias, Hoseok —Jungkook se dio la vuelta para ir al auto seguido por Yoongi, sus expresiones faciales cambiaron a algo serio con un deje de satisfacción porque al fin tomarían esto como ellos lo desearon desde un principio.
✧✦✧
Jimin llegó a donde el papel le indicaba. Apretó los puños respirando para ganarse más valentía. Sentía a su bebé cerca y de igual forma sabía que Jungkook notó su escape, el sentimiento del alfa era como si fuera de él.
Los guardias al notar su presencia lo dejaron pasar sin exigencia alguna, a duras penas y le dirigían la mirada.
—Sigue por el pasillo, tu alfa te espera —uno de ellos seseó con burla.
Dejó la respuesta en la punta de la lengua, llenándose de valentía en cada paso, al avanzar se desvió escuchando una voz ya conocida, maldiciendo y maltratando a quien sabe quién.
Muy preocupado avanzó siguiendo el sonido que cada vez se volvía claro y fuerte, sintió culpa sabiendo el significado de la situación.
—¡Pero qué hijos de puta! Y mira los gustos de mierda que tienen, les hace falta color y vida, malditos infelices.
—¿Jin? —llamó.
Jin se alertó y respondió —¿Ricitos?
—Jin amigo, lo siento tanto —Jimin intenta no subir la voz para que no supieran dónde se encontraba.
—Jimin... —Jin se pegó a la puerta tratando de abrirla, el sentimiento le ganó y el omega lloró, Yongsun le habló llamándolo preocupada por el cambio repentino en el omega.
—Tranquila amor, estoy bien, es Jimin está aquí —la calmó notando su casi estado a punto del desmayo.
—Jin, ¿Yongsun está aquí? —preguntó al percibir el olor de la alfa y escuchar su suave voz.
—Sí, cariño, todo fue una trampa.
—Perdóname por favor todo esto es mi culpa —rogó—, te prometo que solucionaré todo esto, ¿te hicieron daño?
—¿Qué? Estás loco, no hagas ninguna tontería cariño, nosotros estamos bien —mintió para no preocupar más a su amigo.
—No, Jin, yo lo siento tanto, necesito que me hagas un favor amigo; prométeme algo... Por favor... —insistió después de no recibir respuesta.
—¿Qué pasa ricitos? Dime.
—Prométeme que le dirás a Jungkook cuanto lo amo y que él es lo mejor que me ha pasado en la vida.
—Jimin, no, ¿qué mierda dices?
—Solo júralo Jin, también dile que le dejo mi mundo en sus manos, que cuide de mi Jae —lloró al mencionar lo último.
—Maldición Jimin, no digas eso, saldremos de esto, no te preocupes.
—Ellos pidieron vida por vida Jin —suspiró—. Solo júralo, promételo por nuestra amistad, cuiden a mi bebé, por favor.
—No, Jimin, ¿de qué carajos estás hablando? —Jin sollozó.
—No te preocupes, haré lo posible para que salgan bien, ya sabrán cuándo sea el momento de huir, debo ir con Jae. Haré que ellos los dejen acá y vendrán por ustedes, yo sé que sí.
—Jimin espera, a Jae lo tiene el otro alfa que está con el maldito y el estúpido de Dongwoo.
—Kangdae... Jin te prometo que todo saldrá bien, yo... —se alejó de la puerta—. Debo ir por mi pequeño, no puedo permitir que le hagan daño otra vez, no dejaré que les hagan algo a ustedes.
Con sumo dolor se alejó de ese lugar.
Era fácil la situación, si todo salía bien todos estarían tranquilos de nuevo en casa, pese a lo malo que eso significaba para él.
Siguió buscando el olor de su pequeño, caminó con algo de miedo, pero la valentía le ganaba sobre todo, si antes se dejó fue por temor por su Jaesung y por él mismo, ahora era diferente.
Esto será una broma más, era necesario tanto dolor para gozar unos meses de tranquilidad, ¿qué no había sido suficiente con todo?
La mente le hacía una jugada cruel, las imágenes de Dongwoo se reproducían una y otra y otra vez.
Sintió a Jungkook dentro de sí, la preocupación y la furia del alfa.
El lugar era enorme, no tuvo noción de cuanto estuvo caminando, llegó a uno de los pasillos con muchas puertas y unas largas gradas que conducían a un apartado que parecía no tener fin.
Este interminable y lento palpitar lo estaba volviendo loco, siguió buscando.
La cerradura de una de las puertas se giró y Kangdae apareció con Jaesung dormido en brazos, el alfa lo escaneó detenidamente con una enorme risa burlona, el omega presionó tanto sus dientes que dolieron.
—Justo a tiempo, vaya Jimin, que agradable verte de nuevo.
Jimin estaba aturdido por el rostro y semblante del alfa, anteriormente no pudo verle bien, pues se había defendido desde el instante en que puso un pie en la habitación, luego sintió el piquete y todo se hizo borroso.
—¿Sorprendido? El maldito de Jungkook pagará por lo que me hizo.
—Dame a mi bebé —demanda con una postura amenazante.
—Debo decir mi querido y hermoso omega que ahora luces exquisito, vaya que ese alfa hizo un gran trabajo contigo —menciona por como lucía y por el olor que su omega daba.
Jaesung empezó a batir sus pestañas despertando por el olor su mami.
—Mami... —llora con un puchero en sus pequeños labios.
Su pequeño Jaesung —Basta, Kangdae dame a Jae y cumpliré con lo que ustedes quieran —Jimin se inquietó, su cachorro lloró pidiendo ir a sus brazos.
—No alfa, debes empezar a dominar a los omegas, no a depender de ellos —reprende Kangdae al pequeño.
—Dame a mi bebé —demanda Jimin con seriedad.
—Parece que tendré que enseñarte modales otra vez, todo nuestro trabajo se fue a la basura por tu estupidez, recuerda tu lugar maldito omega —bufa exasperado.
—Solo dame a Jaesung —Jimin tenía una mirada seria—, el mandato en la nota era claro.
—Maldición, no, no, no. Este pequeño me pertenece y lo voy a convertir en mi mejor creación, Jimin, el más grande domador de omegas, el mejor de todos, el más audaz y despiadado —sonríe altanero.
—No, basta es mi bebé, ni Dongwoo ni tú podrán tocarle un cabello de su cabeza —Jimin avanza amenazante.
Kangdae sacó su arma y le apuntó a la frente —No me tientes, omega, respétame, eres un puto malagradecido, yo pensaba pedirte y llevarte junto a mí, hacerte mi omega, lo que Dongwoo quiere contigo es mucho peor de lo que imaginas.
—¿Mucho peor de lo que ya hizo? Eso es imposible —debate alzando el rostro.
Kangdae dio un disparo cerca del cuerpo del ojiverde. Ellos no soportaban esas actitudes en los omegas, nadie tenía el derecho de dirigirles la palabra sin autorización.
—Cállate, maldito, debes aprender a no responder cuando no se te indica, seré tu alfa y punto —graznó colérico.
—Tú no eres mi alfa, mi alfa es Jungkook —repuso retador.
Furia. Kangdae estaba enfurecido, se irguió tomándolo del brazo fuertemente. Jimin forcejeó empujándole con todas sus fuerzas intentando recuperar a Jaesung. El alfa dejó salir su fuerte aroma para aturdirlo. Jimin le propinó un par de golpes que lo enfadaron, logró romperle la nariz en el proceso —Solamente dame a mi bebé.
Pero el alfa era más grande y lo aventó haciendo que cayera de espaldas al suelo golpeándose la cabeza —Ahora mando yo, los llevaré a ambos y tú me darás tu puto culo y este cachorro será mi hijo —Kangdae habla cerca de su rostro, y sonríe maquiavélico.
Un pitido vino a sus sentidos después del golpe que Kangdae le dio con el arma, el alfa le gritaba algo, Jimin estaba aturdido, solo veía a Jaesung llorar fuertemente, pues no escuchaba ningún sonido.
—Levántate y actúa como un omega, debes hacer lo que yo te diga. Levántate maldición —escuchaba a lo lejos como gritaba.
—Mamiiii —la voz del pequeño se hacía cada vez más lejana.
—Jaesung pequeño, ya amor. Mami está aquí —susurra sintiendo un dolor punzante.
—Maldición que cierres la puta boca, ahora entiendo a Dongwoo eres el omega más inútil e inservible, no sabes ni obedecer una orden.
Jaesung seguía gritando y llorando por Jimin —Cállate, hijo de puta, cierra la boca —Kangdae dijo al bebé tapando su boca con una de esas asquerosas manos. No lo dejaba respirar, Jaesung manoteaba y sus manos lanzaban golpes para quitarlo de encima.
Jimin vio el rostro rojo de su bebé —No, déjalo —exige intentando ponerse de pie, pero el alfa le propino una patada.
—Deja la estupidez, si esto —señaló a Jaesung—, es el problema, entonces hay que desecharlo —terminó diciendo con la pistola en el pequeño.
Jaesung vio a su mami sufrir, el pequeño se enojó tanto que abrió su boca mordiendo la muñeca de Kangdae, el alfa lo soltó dejándolo caer por el arrebato.
—Pequeño bastardo —Kangdae, sisea de dolor, apuntó la pistola al pequeño activando el arma para disparar.
Entonces Jimin se puso de pie dejándose ir contra el cuerpo del alfa, golpeándolo contra la pared, Jungkook un día le enseñó a cómo propinar un par de golpes y enfundar un arma —No toques a mi bebé.
Kangdae se lo quitó de encima yendo por el cachorro, pero Jimin le dio una patada haciéndolo tambalear, el alfa se giró tomándolo por el cuello.
Jimin en un movimiento ágil lo pateó en la entrepierna, ambos perdieron el equilibrio y el omega a punto de caer por las escaleras se sujetó al saco del alfa trayéndolo con él. Todo fue tan rápido, en cuestión de segundos.
Rodaron por la gran escalera hasta llegar a una superficie plana. Jimin luchó por levantarse, su cuerpo se sentía débil y sin fuerza, en la caída su cabeza se lastimó —Jae... —llamaba intentando llegar a su cachorro, pero el llanto de su pequeño se hizo más y más lejano. Veía a su pequeño intentando bajar las gradas para llegar a él —¡No! —habló en su dirección pensando en que se lastimaría.
Lo intentó, de verdad lo intentó, pero su cuerpo parecía perder la fuerza cada vez más, solo sentía un rastro tibio recorrer su rostro, ya había pasado tanto tiempo que no veía su propia sangre.
La misma historia que la de su pequeño, con la diferencia que este era un escenario diferente, un final diferente.
¿Así que eso se sentía desvanecerse?
Jimin perdía la conciencia, intentó mantenerse despierto, era una de las cosas más dolorosas que vivía, una batalla con no dejarse ir, pero el carruaje del más allá le tenía las puertas anchas para que pasara —Jae...
Sus sentidos iban decayendo, no podía ver nada, el olor ya no llegaba a sus fosas, solo este sabor amargo en su paladar, no había ninguna sensación en su tacto y para finalizar todo sonido se hizo nulo.
Su cerebro se activó y empezó a proyectar todos sus bellos recuerdos, esta era la última vez que vería todo lo feliz que le permitieron ser.
Las risas como un eco, la voz de su pequeño, su Jae, su pequeño Jae.
Las suaves y delicadas caricias que el pequeño alfa repartía en su rostro.
Ante su mirada, Jimin se sentía pleno y feliz por la intensidad llena de amor con que este le admiraba.
Hoseok y Yoongi, Jin y la vida hermosamente loca que vivía junto a la alfa. Se sintió mal, les falló.
Y por último... Jungkook.
Jungkook, que sin pronunciar tantas palabras, fue el que ayudó a que sus heridas no fueran tan profundas, el que hizo que su corazón volviera a la vida, el que le recordó que la vida puede ser buena y bella.
Como aquella noche que el omega lloraba en silencio y el alfa estaba ahí para confortarlo.
"—Ya no quiero llorar Jungkook, eso me hace débil.
—¿Qué dices amor? Hasta el cielo llora y es una de las cosas más hermosas que la vida nos regala, ¿recuerdas cuando me dijiste que de pequeño te daban miedo las tempestades, pero de grande encontraste paz en ellas porque te hacían sentir vivo?
—Sí, lo recuerdo.
—Es lo mismo con la lluvia y el llanto Jimin, llorar está bien porque nos da paz y al hacerlo la encontrarás."
Y después de eso todo se volvió oscuro y parecía que el ambiente se volvía más y más frío.
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